Puedo estar distante
pero nunca ausente.
Puedo no escribirte
pero jamás olvidarte.
Y cuando me necesites
puedo no estar cerca
pero jamás olvidarte...
Te agradezco de todo corazón los mensajes con tanta miel emitidos desde tu sensibilidad profunda hacia mí, prodigando verdaderas caricias a mi ser, tales decires que has dejado en mis blogs y me han llenado ese propio espacio mío que a veces tiene tantas morriñas y sobre todo tantisímos saudares... Por ello vivo en homenaje perpetuo a la abuela Matilde, una asturiana que Asturias ha de estar orgullosa de haber tenido a tal hija de cuánto hizo en esta Argentina a puro hacer, con llantos escondidos y que cubría con cánticos.
La abuela Matilde aun vive en ti y continuará mientras lo permita el Creador, para hacer posible que siga brotando ese sentimiento de tesón y aprecio por la vida aún en los momentos cruciales que ella albergo y te transmitio en los genes por herencia.
Siempre tengo presente cuando en tus escritorios me detengo, dejar volar la imaginación para estar a tu altura, que es rica en sabiduría y saber estar.
Gracias Marita por regalarme la rosa amarilla con la que casi siempre firmas las despedidas y unas citas que le ponen luz a un día gris que lucha por llover, una tarde cualquiera, de un día cualquiera, de los que me encuentro paseando por Madrid.
12/4/12
Preciosos sentimientos nacen y crecen en el corazón de Marita, y también en el tuyo, de lo que agradezco al cielo el haberos conocido.
ResponderEliminarUn abrazo a las dos.
Ambar.
Que siempre tengas amor por recibir, pero principalmente para dar... pues se goza más dando que recibiendo.
ResponderEliminar¡Gracias amiga, por todo tu cariño dulce que me has regalado desde que nos conocemos! Espero que pases unos días muy felices con la gente que más quieres a tu lado en la navidad, igual que todos los días.
Gran abrazo y mi cariño.
Siempre me agrada, querida Gatita Coquetuela, la ternura de tus palabras a amigas y seres queridos. Es tan delicioso leerte, poder apreciar tu excelsa sensibilidad que desde la belleza de esta rosa amarilla no tengo por menos que alabar tu gentileza para con todas tus amigas y lectores.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida María Del Carmen.